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    abril 10, 2017   18:26

    Empecé a estudiar demografía y debo decir que estoy fascinada con el tema. Creo que he hallado mi vocación y que es el mundo al cual pertenezco. Los debates en clase son interesantes y se tocan puntos que me resultan atractivos, y aunque apenas estoy comenzando a adentrarme en el maravilloso mundo de la demografía y que las clases que he recibido son introductorias, puedo vislumbrar un sinnúmero de posibilidades abriéndose ante mí.

    Casualmente la última clase estábamos hablando de la mortalidad, tema que no es de mi particular interés pero del que he aprendido mucho y que por supuesto no es menos importante que los otros dos que conforman la demografía. Un tema muy importante de la mortalidad, es la mortalidad infantil, no sólo porque en términos afectivos es inconcebible que se muera un niño de menos de un año, si no porque la mortalidad infantil mide el nivel de desarrollo del sistema de salud de un país. En el momento en que una mujer queda embarazada, ésta es monitoreada permanentemente de manera que, si existe alguna complicación con la salud del feto, la madre y/o el recién nacido, el sistema de salud debería estar preparado para reaccionar frente a una situación como esta, lo que dejaría un espacio muy reducido de la mortalidad infantil a las muertes por enfermedades congénitas no evitables.

    Pensé entonces que si la mortalidad infantil era un medidor del desarrollo del sistema de salud de un país, debería suceder lo mismo con la mortalidad senil, es decir, la de los ancianos. Lo pensé porque precisamente las personas más vulnerables en una sociedad son los niños y los ancianos y son quienes más uso hacen del sistema de salud en un país. Sin embargo, la respuesta de mi profesor fue NO, la respuesta al porqué no, vino de una compañera que trabaja en el sector salud quien me habló de los AVPP: Años de vida potenciales perdidos, que son básicamente las pérdidas que tiene una sociedad cuando una persona fallece prematuramente. Se entiende que entre más joven sea la persona cuando muere, mayor es el AVPP, por lo tanto, un niño es altamente más valioso que un anciano desde esta óptica.

    Por supuesto que entiendo el concepto y la lógica subyacente al AVPP, soy economista y si hay alguien quien entiende perfectamente las cuestiones asociadas a la producción y maximización de beneficios son los economistas, quienes también, nos encargamos de lidiar con la escasez de los recursos, como el dinero, por ejemplo, el cual no siempre puede ir a toda la población que necesita ayuda del Estado y por esa razón se debe establecer a quién se dirige primero. Sin embargo, el concepto del AVPP no sólo no me parece suficiente sino deshumanizador y me resisto a la idea de dejar en último lugar a un grupo sólo porque lo que tiene para aportar en términos productivos a una sociedad es muy poco o casi nada; después de todo siguen siendo seres humanos.

    Es evidente que tengo un fuerte sesgo hacia el cuidado de la vejez, crecí y me eduqué con mis abuelos paternos a quienes les debo en gran medida lo que soy y lo que tengo y es precisamente por esta experiencia que rechazo rotundamente la idea de que un anciano no tiene mucho que aportar a la sociedad en términos productivos, no creo que cuando un anciano muere, la pérdida sea solo moral para la familia que lo pierde y unos cuantos amigos, de ser así, entiendo entonces, que Colombia y otros países con igual derrotero de pensamiento no han entendido en nada el papel que cumplen los abuelos en la sociedad.

    Más allá de ciertas ideas romanticonas y sentimentaloides, los abuelos (especialmente las abuelas) constituyen una parte fundamental en la crianza de sus nietos, al menos así lo ha sido en la cultura colombiana, donde los niños tradicionalmente han crecido en familias extensas (tíos, abuelos, primos, etc) o han estado a cargo de las abuelas (generalmente maternas) quienes sustituyen temporal y permanentemente a la madre o padres del niño. Los abuelos se convierten así en un soporte vital para los padres en la crianza de los hijos, primero, el amor de los abuelos es una amor desmedido y honesto que no está mediado por las preocupaciones de la educación, la cual le corresponde a los padres, los abuelos pueden educar desde la alcahuetería y sin el peso de la responsabilidad de “dar un buen ciudadano a la sociedad” porque su papel ya lo cumplieron antes, así que pueden dedicar un tiempo de calidad invaluable a los nietos puesto que no tienen la prisa que tienen los padres, tienen la experiencia que no tienen los padres y no tienen la responsabilidad que tienen los padres. Los abuelos son un soporte, un apoyo y como padres, nunca dejarán de estar ahí para acompañar a sus hijos en el proceso de crianza. Además, hay cosas que los abuelos saben que los padres no y que los nietos pueden aprender como por ejemplo, temas más relacionados con la vida, el amor, las relaciones etc. Los niños pueden aprender con sus abuelos a ser más pacientes, a aprender a tolerar, a no temerle a la vejez si no más bien relacionarse con ella de una manera más cercana, a comprender el mundo desde otra óptica más allá del "éxito", a ser más humanos y de paso a conocer un poco de historia. Las relaciones de amor y complicidad establecidas entre abuelos y nietos si son buenas, pueden llegar a ser muy estrechas e irrompibles, lo que no me parece que sea un evento menor en la vida de un niño, sobre todo cuando el tiempo de calidad es un tema que aparece siempre en los primeros puestos cuando se habla de la crianza en la época actual. ¿Entonces, por qué pensar que el tiempo de calidad debe ser únicamente de los padres? ¿Acaso los vínculos estrechos entre abuelos y nietos son menos importantes o tendrán efectos menos importantes o ninguno en la vida de un niño?


    Infortunadamente no hay datos que puedan demostrar mi hipótesis y en este momento no tengo ni siquiera una idea de cómo medirlo, lo que sí me parece triste es que como no se ha medido y no se vislumbra en un futuro una posible forma de hacerlo, entonces se desdeñe el aporte del adulto mayor a la sociedad. Los estudios sobre cuidado infantil dicen que cuando mejor es la educación que le dan los padres a sus hijos, cuando pasan más tiempo con ellos estimulándolos, etc, entonces el niño tendrá mayores probabilidades de tener mejores notas, un mejor desarrollo, conseguir mejores trabajos etc. ¿Por qué no medir entonces esos efectos con los abuelos? ¿Existirá alguna diferencia entre un niño que cuente con la educación complementaria del abuelo y un niño que no? Hace un mes fui a la librería Lerner a comprar un libro para el hijo de mi novio, en la librería tienen todos los sábados una actividad de lectura en la zona infantil, ahí pueden ir los padres con sus hijos a leerles un rato, mientras los niños juegan, pintan y se descalzan. Me sorprendió mucho observar que la mayoría de adultos que estaban ahí no eran los padres, eran o abuelos o tíos y pensé en lo afortunados que eran esos niños y sus padres al contar con tan maravilloso e invaluable apoyo. Estoy segura que en unos años, esos niños tendrán más y mejores herramientas para enfrentarse al mundo.




    octubre 04, 2013   16:59

    WAYKA: Imagina que todo conflicto se puede resolver con una palabra mágica, que desanude los corazones contrariados. Para hallarla tiens que reconocer la fuerza sabiduría divina que se encuentran en ti.

    Wayka es el viento, representa la transparencia, la libertad y el espacio abierto que nada puede dañar. Con la presencia de esta diosa, la debilidad se transforma en fortaleza, liderazgo y fuente de poder.




    diciembre 20, 2012   15:22



    “El que no tiene vida 2.0 no existe” es el nuevo “el que no tiene cédula no existe”. Gabi una vez dijo que no tener vida virtual en estos tiempos era una falta de consideración con los demás. Ambas afirmaciones tienen parte de verdad y parte de exageración, aunque la de Gabi es mucho más divertida y genial y estaba motivada por ese deseo de morbo que tenemos todos los seres humanos de husmear en las vidas de los demás, ya sean estas exitosas o deprimentes, glamurosas o simples.

    A las mujeres de mi edad (entraditas o a punto de entrar a los 30) o como yo, nos enseñaron que la ropa sucia se lavaba en casa y que por lo tanto una dama no hace escándalos, ni publica a los 4 vientos su vida privada porque es eso, privada, dícese “lo que está dentro del periférico personal”. Pero el advenimiento de la vida 2.0 no sólo hizo que más de un “don nadie” existiera para alguien en alguna parte del mundo, sino que además la esfera de lo privado pasó de “a unos pocos” a “esto queda entre nosotros y Facebook.” Y usted puede cambiar Facebook por la red social de su preferencia: Google, Twitter, Youtube, Flickr, Last.fm, Tumblr, Blogger, Wordpress, Myspace, Linkedin, Skype, Instagram y un sinfín de redes que se me escapan o desconozco, pero de todas estas, Facebook no sólo es la “más completa” sino la más popular.

    Yo soy una usuaria muy, muy mala de Facebook, y siguiendo las palabras de Gabi tengo cero consideración con el mundo. Casi nunca subo fotos de mi maravillosa y espectacular vida, no actualizo el estado marital por lo que mis “seguidores” no pueden saber si sigo con el mismo, con otro, si ya me casé o si estoy desgraciadamente soltera. No le doy poke a nadie, ni acepto las invitaciones que me envían de las cien mil aplicaciones que tiene la red, así que no tengo granjita ni vampiros que alimentar. Tampoco veo mis requests por lo que la gente puede quedarse esperando siglos mi respuesta y casi nunca tengo el chat habilitado. En fin, soy una pésima usuaria de Facebook, en estos tiempos de vida 2.0 debería ser lapidada virtualmente por ello.

    Sin embargo, los fines de semana (que es cuando entro a chismosear y que son los días de mayor actividad de la red, supongo yo) la náusea se apodera de mí. ¿Dónde carajos ha quedado el pudor de la gente? ¿El decoro? ¿La privacidad? ¿El recato? Yo sí me creí el cuento completico.

    Empezaré por el Update Status. Frases como “mi bebé hemosho ti quelo mucho” refiriéndose al sujeto con el que se dan piquitos y algo más, me quitan las ganas de vivir. Me entran deseos enormes de escribirle a la fulana en cuestión y decirle “con mucho cariño quiero decirte que no escribas esas cosas tan bobas, tú eres una mujer que ya sobrepasa los 30, madura, no seas boleta ni infantil, supera esos clichés del lenguaje romántico y más bien, si quieres, empapela la casa con esta frasecita cursi, y así él no tendrá ninguna duda de que realmente lo quieres”. Lo que me sorprende en realidad es que en pleno siglo XXI haya gente que todavía use el “bebé” como expresión de afecto y haya gente que esté cómoda con que se lo digan. Supongo que eso se debe al hecho de que aun en la adultez, los seres humanos seguimos mamando aunque en otras formas.

    En general yo no tengo problema con las demostraciones de amor y afecto en público si están dentro de lo normal, el maniculitanteo sí por favor dejarlo para los confines del nido de amor. Es decir, ver una pareja que anda cogida de la mano, que se da besos en una reunión, que se dicen cosas bonitas en frente de familiares y amigos, que se echa a tomar el sol en el Parque Nacional, que abrazan y acarician (sin maniculitanteo) está bien para mí, porque generalmente son actos y expresiones que surgen de la espontaneidad sin querer llamar la atención de nadie…y eso es precisamente lo que no sucede con estas frases puestas en Facebook. Eso me lleva a una segunda preocupación: ¿Por qué en lugar de decirlo en público no se lo dicen al directamente implicado? ¿Miedo, vergüenza, ganas de llamar la atención, mostrar a todos lo feliz que se está, incontinencia verbal? ¿Qué pasa cuando el depositario del afecto no tiene Facebook? ¿A dónde van todos esos signos de puntuación y admiración puestos con tanto amor? Estoy segura que al mar no.

    Lo segundo, pero más repulsivo que las frases son las fotos. Ahí sí el filtro de qué poner y qué no se perdió. Aclaro, cada quien puede tomarse las fotos que le venga en gana y así mismo publicarlas, pero créame que de eso depende mucho lo que otras personas vayan a pensar de usted de ahí en adelante. Fotos que realmente pertenecen a la privacidad bien sea de la persona o de la pareja no deberían ser publicadas. ¿Para qué publicar las fotos de la ducha, o el jacuzzi, o la cama del hotel (de la luna de miel) o del nuevo baby doll? Más bien cuéntenos que la está pasando pipa y que todo es muy bello o muy exquisito o lo que quiera; eso ya nos da una idea.

    Y sin embargo, la sobre exposición de esa vida tan feliz, maravillosa y perfecta que todos tienen en fb además de ser un poco empalagosa y llenadora es sospecha. Nadie es tan perfectamente perfecto, todo lo contrario, lo único perfecto son las imperfecciones con las que vivimos, las que venimos  y las que tenemos. Me gusta ver las fotos de mis amigos y parientes y les doy “like” cuando así lo deseo, pero no dejo de preguntarme ¿qué es lo quieres demostrar al mostrar 1278 fotos de sitios maravillosos, fiestas grandiosas y planes exóticos, de una vida envidiable jamás soñada? Facebook y cualquiera de las otras redes lo aguantan todo: desde la carga de millones de fotos hasta la falsedad ya sea de un estilo de vida, de una filosofía o de una opinión.

    Si lo que quiere es pelar teta o mostrar la chocolatina, me parece que Soho o Playboy son espacios más adecuados. No tengo nada en contra de los desnudos, pero como en casi todo, el asunto del buen gusto es fundamental (y ojo que en Soho y Playboy he visto viejas muy regulitas pese a lo “artístico” de la foto). La foto en picada, o con la lengua afuera, o la boca de pato y las posiciones “provocadoras” bien logradas son buenas fotos, de lo contrario lo mejor es que las deje para que usted o su pareja las disfruten.

    El otro asunto que me perturba y mucho, es el de la ecografía fetal en 3D. Yo entiendo que la maternidad es algo muy especial, lo sé porque lo he visto en mis amigos que son padres y la felicidad rebosante en sus ojos cuando están esperando a su hijito, y yo me alegro con y por ellos y soy la más roscona a la hora de desearles cosas bonitas a ellos y a su pequeño vástago. Pero una cosa es eso y otra la ecografía. No entiendo cómo la gente dice “divino!!!” o “qué belleza!!!” frente a un ultrasonido. Yo no sólo no creo que sea divino, sino que es aterrador en 3D. No conozco el primer feto bonito, incluso no somos bonitos al nacer. La participación del embarazo y el nacimiento, es otro de esos asuntos en la vida que me parece debe aplicar para la acepción de privado a la antigua, sólo para el periférico personal.

    Aun no tengo claro si con el advenimiento del mundo 2.0 y las mal llamadas redes sociales la privacidad desapareció o se transformó, lo que sí es claro, es que tanto nativos como inmigrantes digitales han asumido este cambio y logrado adaptarse bien a él, aunque probablemente no de la manera más adecuada, o por lo menos no adecuada para mí, o tal vez es que yo no he podido acostumbrarme dar el salto digital y me quedé en el siglo XX. Lo que sí sé es que yo valoro mucho mi privacidad, muestro lo que quiero cuando quiero y así como uso mis redes sociales para sobreactuarme también las uso para pedir favores, solicitar información y compartir información de toda clase y esa maraña de cosas les ha permitido a las personas tener una idea de quién soy yo y cómo deben tratarme, bueno, malo o regular. Y a la larga eso es lo que estamos haciendo todos, exponer nuestra vida privada y personal a cientos de personas en el mundo, lo único que hace es permitirles que entren en ella, pasen, se sientan y opinen…les hemos dejado abierta la puerta.

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    diciembre 05, 2012   11:33

    Ad portas de entrar a los 30 y su inevitable crisis, después de la terminada de Luis Felipe, pienso que las relaciones no sólo son difíciles, sino que su dificultad se va incrementando con los años. Si mis exnovios me hubiesen visto ahora en mi última relación, me habrían hecho reclamos de por qué no pude ser así con ellos y en cambio, por qué sí fui más bien insoportable y malcriada. La respuesta es "maduré". Uno aprende a golpes y totazos, al menos yo que tengo una mal educación emocional llena de taras y muletillas y la verdad, me enorgullezco de mí misma y de lo que he podido lograr...pero eso no fue suficiente con Luis Felipe, mis automáticos me traicionan y aunque lo quise, acompañé, mimé e hice todo aquello de lo que estaba segura debe hacerse para llevar con éxito una relación y controlé todos mis impulsos negativos, ayer, me dijo, que definitivamente no éramos compatibles.

    Luego pensé "vaya, no sólo basta con querer darlo todo en una relación y darlo realmente, también se necesita que el otro esté en la misma longitud de onda para que pueda apreciarlo, en lugar de salir corriendo a las primeras de cambio". Lo pensé por que luego de que me dijo mil veces que yo era lo más bonito que tenía en su vida, un día simplemente decidió dejarlo ir por una única cosa mala y yo no entendí. Supongo que nunca estuvo ahí, no comprometido realmente, de lo contrario hubiese hecho eso a un lado para disfrutar de todo lo demás que realmente creo que valía la pena...pero eso es lo que pienso yo y claramente él y yo estábamos en dos longitudes de onda totalmente diferentes.

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    noviembre 01, 2012   16:32


    “Muy emotiva” me dijo mi mamá. “Es una película de viejitos”, pienso yo y probablemente eso le diga a la gente. “Y tiene un excelente reparto” es mi segunda frase. Habrá quienes piensen que es una película para viejitos, pero la verdad es que TBEMH (The Best Exotic Marigold Hotel) es una película sobre la vejez. Hacía mucho tiempo no veía una película cuya escena inicial me enganchara tanto y fuera un abrebocas perfecto para lo que viene. Evelyn (Judi Dench), maravillosa y sorprendente mujer que uno ama durante toda la película porque tiene el papel más bello de los 7, se encuentra al teléfono tratando de lidiar con la operadora de su proveedor de internet, que no hace más que repetirle el mismo guion aprendido unas 3 o 4 veces: “lo siento, si no está el titular de la cuenta no podemos hacer nada” y el titular de la cuenta es su esposo quien murió hace unos días atrás. Evelyn se lo ha hecho saber a la operadora quien sigue con su perorata una y otra vez sin detenerse a pensar en lo que Evelyn le está diciendo, y al final un suspiro y se rinde, no hay mucho que hacer frente a esta desgracia moderna llamada “servicio al cliente”. Evelyn ha llegado a un punto de quiebre en su vida, acaba de enviudar y ahora su vida depende enteramente de ella y no hay nadie más que ella de quien deba preocuparse ¿Qué hacer? Graham, Muriel, Douglas y Jean Anslie, Madge y Norman están igual.

    Todos están en el otoño de sus vidas y no saben qué hacer o mejor aún, no saben cómo hacerlo. La vejez, esa época que se supone debería ser la más maravillosa porque se combinan la seguridad y la tranquilidad de la experiencia y los años vividos. Sin embargo, occidente se ha caracterizado por dar un mal trato a sus ancianos pese al eufemismo de darles prioridad en los lugares de atención públicos; pero la vejez se ha convertido en ese estrecho limbo entre la prioridad y el olvido, entre el trato especial y la minusvaloración, entre la condescendencia y el pesar. Ser viejo en occidente es ser casi tanto un estorbo como una obsolescencia, más allá de que ellos lo sientan así, es que el ser humano ha diseñado el mundo moderno para que sea así: vertiginoso, frenético, sin espacio para la reflexión o la pausa y la vejez deja la prisa y hace del sosiego su amigo y se dedica a disfrutar de lo que hay y de lo que tiene y probablemente se devuelva a alguna época atrás donde se haya sido más feliz; ya el día a día no importa como tampoco importa la inmediatez o lo nuevo muchas veces porque no lo entiende.

    TBEMH ni es el mejor, ni es exótico, ni mucho menos es hotel ¿O de pronto sí? Fue un hotel antaño pero de sus años dorados no quedan si no un montón de estructuras viejas y a punto de caerse, el hotel tuvo que ser bello, pero ahora sólo está un muchachito joven (Dev Patel) con muchos sueños pero poca plata en el bolsillo a su cargo. Exótico tal vez, para los occidentales cualquier cosa oriental es exótica y estos 7 ancianos ingleses decidieron dar un cambio a sus vidas y retirarse a disfrutar de las delicias de un maravilloso hotel en la ciudad de Jaipur al noroeste de la India, país que otrora fuera una colonia británica, de alguna manera sienten que es un deber de India con ellos. Pero al llegar, este hotel no es ni la sombra de sus años de gloria y está tan resquebrajado como las vidas de estos sujetos que salieron huyendo de Inglaterra como huyendo de sus vidas para terminar encontrándolas a 7 mil km de distancia.

    Jaipur se convierte en una oportunidad para renacer, para dejar salir todo aquello que se ha reprimido durante tanto tiempo porque la rutina, porque la familia, porque el protocolo, porque el estatus, para dejar salir los deseos, las pasiones, los sentimientos, para hacer lo que siempre se quiso, para intentar, para probar, para iniciarse, para descubrir, para comenzar e incluso para terminar. Disfruté el eclipse del Hotel Marigold como una analogía del eclipse de la vida de sus visitantes y ver cómo tanto el uno como los otros, vuelven a encontrar la forma de darle brillo a sus vidas. Las vidas de estos personajes (tanto ingleses como indios) en y con el hotel se entretejen de manera sigilosa e inesperada y al final de la película todos son conscientes de cuánto y cómo han cambiado sus vidas.

    Todas son historias conmovedoras, emotivas, como dijo mi mamá. Y a mí, pese a que me desternillé de risa toda la película, me tocó la fibra más delicada porque me acordó de mis abuelos, la reciente viudez de mi abuela y la partida de mi abuelo que tanto me duele aún. Y pensé en ellos y en su mundo y la forma como conciben el mundo y como se relación con él, y entendí que quedar viudo a los 80 años es quedar solo en la vida y que nosotros, los más jóvenes simplemente no entendemos el mundo de los viejos, que queremos que ellos se acomoden a nosotros cuando es realmente al revés, que somos intransigentes, intolerantes e impacientes y que somos nosotros los que debemos bajarle al acelere para ir a su ritmo.

    Evelyn tiene una historia maravillosa. Una mujer que recién viuda tiene que enfrentar el mundo por primera vez sola y tomar decisiones y que sin ningún temor decide lanzarse a un mundo desconocido en un país que le es extraño pero en algo que ella sabe mejor que cualquiera: cómo tratar a los clientes que llaman a los “call center” como seres humanos. Y al final, a esta mujer que en un momento de su vida creyó perderlo todo, de repente lo que le sobran son ilusiones y motivos, incluso el amor.

    La historia de Graham es la más bella de todas, no pude parar de llorar al conocer su vida y el verdadero motivo por el cuál decide visitar (volver) a  Jaipur: un viejo amor, uno inesperado, uno eterno. El encuentro es bello, y la complicidad de Evelyn y Douglas es bella, cómo ellos con su silencio acompañan al que ahora se ha convertido en su amigo y lo dejan cerrar un asunto importante de su vida, tal vez el más importante y Graham ha vuelto a vivir y por segunda vez a ser feliz como lo fue hace muchos siendo un joven adolescente. Ahora, con todo en orden, simplemente se va en medio de la calma de un hotelucho que se cae a pedazos y del calor sofocante indio.

    Odié a Jean Ainslie durante casi toda la película, sentí rabia y deseos de gritarla por su intolerancia, su desprecio hacia todo y su amargura que resultaban en una constante humillación a su esposo, Douglas quien no era más que un pobre hombre agobiado e infeliz. Pero Jean también lo era, era un matrimonio infeliz, viviendo una vida infeliz que había hecho de ellos unos seres miserables, pero Jean decidió dejar salir su amargura al mundo exterior criticando todo lo que veía a su paso impidiéndose ser feliz en otros espacios y disfrutar otras cosas y tratando de quitar la felicidad a los otros, los demás debían compartir su amargura, si ella era infeliz ¿por qué los demás no lo eran? Sólo había una cosa que la motivaba; Graham, a quien tenía en especial concepto porque era la clase de hombre que ella creía merecer y no el perdedor que creía tenía por esposo, pero estaba equivocada de cabo a rabo tanto en eso como en todo en la vida. Mientras tanto Douglas decidió hacer de Jaipur un lugar de escape a su desdicha y permitirse ser feliz aun por breves momentos en otros contextos y con otras personas, se dio la oportunidad de conocer y explorar y (re)descubrió algo que volvió a darle brillo a su vida y a su vez, Jean entendió que estaba equivocada, que lo mejor era partir (en todas las acepciones de la palabra) para ella también ser libre, no sé si feliz, pero al menos sí libre.

    El cambio más radical de la historia es el de Muriel, que de ser una huraña y xenófoba, pasa a ser la más involucrada con el hotel y la gente que ahí trabaja y su historia de vida es realmente conmovedora porque es el reflejo claro del “hoy tenemos, mañana no sabemos” sobre todo cuando se es viejo y el único lugar al que uno parece pertenecer es el cuarto de San Alejo.

    Aparentemente está un poco chiflado y uno pensaría que fuera de todo contexto y uno le exige a Norman que se comporte de acuerdo a su edad, ya no es un joven para andar de gigoló conquistando mujeres y follarlas hasta el cansancio ¿quién dijo que es edad para tener erecciones? Ni pensarlo!! Norman!!! Tu tiempo ha pasado, los placeres sexuales son propios de la juventud así como llevar el cabello largo, los viejos se comportan como viejos y eso quiere decir nada de erecciones, porque acuérdate, en occidente, estar viejo es como estar muerto. Sin embargo, todo este show de Norman no es más que un grito de auxilio diciendo “hey, soy viejo, pero también estoy vivo” y es que estar viejo y estar vivo quiere decir que las necesidades físicas son las mismas, probablemente con intensidades distintas o de formas distintas, pero Norman quiere enamorarse y que se enamoren de él, aunque sea por una noche y quiere flirtear y vestir bien y levantar alguna mujer que lo acompañe en la noche para sentir sus manos recorriendo su cuerpo, porque estar viejo no es lo mismo que estar muerto.

    La bella Madge también está en busca de compañía, pero sabe esperar, sabe que la soledad también es una opción si la compañía adecuada no aparece y lleva la vida con simpatía y sin pedirle mucho, más bien disfruta lo que ella le da y de la manera que venga, las cosas son como son y hay otras que no van a cambiar, así que lo mejor es “relajarse y disfrutar”.

    Este septeto geriátrico encontrará en la exótica India cómo renacer y aprenderá que aún en los 10 últimos minutos del partido todavía hay mucho por aprender y descubrir, que nunca es tarde para empezar o intentarlo y que nunca es inadecuado volver a sentir mariposas en el estómago y entregarse a los placeres del mundo que vienen en formas variadas y a veces, de la manera más inesperada. 

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    septiembre 13, 2012   20:57


    Fui con Carlos a ver “Batman The Dark Knight Rises” o “El caballero de la noche asciende” como fue la traducción del título al español. ¿Me gustó? No, cero, para nada. Antes de que cualquier fanático (de Nolan, de Batman o del cine) empiece a vociferar que soy una hereje o una ignorante o whatever voy a decirlo nuevamente y mejor: No me gustó la última película de Batman, pero ésa es mi opinión personal, lo que no quiere decir que objetivamente la película sea buena o esté bien hecha.
       
    No soy una experta en cine, hablo simplemente a través del conocimiento que he tenido a lo largo de 20 años de verlo porque me gusta y mucho, es una actividad que disfruto plenamente. La película bien hecha sí está, es Nolan, pero yo amo a Batman (al cómic, no a Bale) y la historia de TDNR no me gustó, ni como se desenvolvió, ni los detalles pero sobre todo odié y detesté el papel anodino de Blake y la sensiblería cursi de Alfred, mi personaje favorito de la historieta.

    La historia me pareció floja, me sentí viendo más una película de acción mezclada con ciencia ficción porque debo decir que los “juguetitos” de Batman esta vez bien podrían ser la envidia de Q, pero salvo mucho efecto visual y sonoro debo decir que la película no tiene más y Nolan se perdió de contar una gran, pero grandiosa historia porque además tenía con qué, los actores de TDNR talentosos todos y algo que me sorprendió positivamente fue la maravillosa caracterización de Bane, un villano probablemente no muy conocido y sí muy importante en el cómic y en la vida de Batman y debo decir que uno muy complejo, sin embargo, su muerte fue como un tortazo en la cara del espectador, tengo la teoría de que un gran villano merece una gran muerte y para mí Bane fue tal vez el mejor personaje de la película (la actuación de Tom Hardy impecable), no merecía esa muerte tan cula (y menos a manos de Gatúbela) aun cuando uno en ese momento se da cuenta de que él no era el villano principal. Pero hasta el villano principal tiene una muerte pendejísima, y en el momento en que muere Miranda Tates yo lo único que hice fue soltar la carcajada, no sé si Nolan ha leído alguna vez a Corin Tellado o visto novelas mexicanas, pero esa escena se pareció mucho a eso, entre muchos otros detallitos de la película.

    Y escenas chistosas como la muerte de Miranda, la salida de Batman de la cárcel o Blake con los niños del orfanato detenidos en el puente es lo que hay en la película, el lío es que no fueron pensadas para hacer reír al público sino para despertar alguna especie de compasión o conmiseración o dolor o generar drama pero fueron de un patetismo tal que a mí lo que me causaron fue risa, sí, me reí durante toda la película de las historias absurdas –y también para ahuyentar el mal genio que la película me producía. Desperdicio de actores y personajes, escenas chistosas que no fueron concebidas así y un ligero tono rosa –excesivo al final- que además de empalagar la película le quita lo visceral y oscuro que es Batman. Marion Cotillard está buenísima, todos los sabemos y yo la amo, de verdad, pero francamente no sé qué hizo en la película, además de hacer que ésta se cayera cada vez que aparecía en pantalla, un personaje que ni quitaba ni ponía al igual que el de Freeman, un total desperdicio de este monstruo actor

    Alguien me decía “es que es una adaptación, Nolan quiso poner un Alfred más sensible en lugar del frío mayordomo de siempre” pero pues la fórmula no le funcionó y no le funcióno por dos razones: la primera es que no puede mostrar a ese Alfred roscón después de que durante toda la película ha mostrado al Alfred de la historieta, un tipo que quiere y se preocupa por Bruce Wayne y daría la vida por él si fuera necesario, pero que no tiene reparos en criticarlo si ve que está mal y de irse (como en efecto lo hizo) cuando simplemente no comparta la visión del mundo Bruce, recordemos que Alfred es inglés y los ingleses son flemáticos por naturaleza. Segundo, no me parece que Nolan se ponga a improvisar a último minuto en hacer “adaptaciones creativas” cuando en las dos entregas anteriores, e incluso en esta ha sido fiel al cómic.

    Del final no quiero hablar, todos sabemos que en efecto Batman y Gatúbela tienen un romance lleno de mucha acción y mucha pasión y que de su amor/odio nace The Huntres, pero esa es otra historia. Todos también sabemos que la relación de Batman y Gatúbela aunque predecible desde el principio, de romántica no tiene nada, así que nuevamente el final roscón de la pareja en algún paraje de veraneo europeo y felices cogidos de la mano mientras beben y comen, tampoco cuadra con la verdadera historia del cómic, pero esta escena a diferencia de las otras me produjo rabia y ganas de que me devolvieran la plata, pero obvio, no es culpa de Cinecolombia, ellos no hicieron la película y a Nolan no tengo cómo pedirle que me resarza, habrá que esperar cuál será su próximo proyecto en el que espero que se reivindique conmigo, porque la verdad Nolan a mí me quedó debiendo una película, y aunque es muy probable que Batman haya ascendido, Nolan se fue en picada con su tercera entrega de Batman después de habernos dado una segunda entrega impecable con un Joker que nos recordó qué tan retorcido puede ser el lado oscuro del ser humano.

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    junio 06, 2012   18:51

    Te pienso, te pienso mucho y te siento en la distancia. Al estar en la realidad todo es percibido como un sueño, uno de esos que tantas veces tuve en estos dos meses. Recuerdo cuando la Rocox me llamó a contarme de tu tumor, un miedo enorme y cruel se apoderó de mí ¿Llegó la hora? pensé y esa noche lloré y lloré como tal vez nunca había llorado en toda mi vida, al pensar que podría perderte. Para serte sincera yo aun no entiendo muy bien la situación, no entiendo bien qué pasó, no entiendo el comportamiento de tu enfermedad ni de cómo una cosa llevó a la otra y desencadenó en tu coma. Sólo sé que en estos momentos estoy extrañándote un montón y que superar tu ausencia probablemente será el reto más grande de mi vida.

    Tal vez te lo dije alguna vez, tal vez no te lo dije tantas veces como debí o debía serlo, pero fuiste el primer hombre en mi vida y hasta el momento el único realmente importante; ahora en mi adultez, he podido descubrir cuán importante fuiste para mí y todo el efecto que tú, tu vida y tu ejemplo han tenido sobre mí. Ahora sé de dónde proviene esa ingenuidad mía que me hace ser la persona más apelotardada del mundo, de dónde proviene mi gran pasión y amor desbordado por el estudio y mi curiosidad fastidiosa para el mundo. Seguiré siendo una persona honesta y justa como tú lo fuiste y para honrar mi vida con la tuya seré una trabajadora incansable y procuraré hacer lo que me gusta y ser feliz en aquello a lo que me dedique en la vida como lo hiciste tú durante tantos años, no ha habido nadie más feliz en el mundo que tú ejerciendo la profesión que escogiste para tu vida. Te dedicaré cada uno de los logros que consiga de ahora en adelante, sé que estarías orgulloso como lo estuviste desde siempre con las cosas logradas y los pequeños peldaños escalados, haré todo lo posible para que mis hijos, si los tengo, sepan quién fuiste tú en mi vida y cuánto significaste en ella y todo lo que uno puede lograr haciendo lo que ama y haciéndolo bien, me duele pensar que no estarás en mi grado como magíster, pero te agradezco infinito que hayas partido asegurándote de que mis necesidades (esas necesidades) ya no fueran más un problema en mi vida. Seguirás siendo el ejemplo de rectitud, honestidad, justicia y generosidad porque creo que nadie igual a ti en esos aspectos.

    Es un vacío enorme el que se siente, yo pienso que me iré acostumbrando con el pasar del tiempo pero el vacío jamás será llenado, eras tan omnipresente, ocupabas cualquier espacio con tu presencia y todos tenían que ver contigo, siempre derrochando actitud y tan lleno de vitalidad como el riohachero que nunca dejaste de ser. Tengo en mis recuerdos el sonido de tus carcajadas sonoras, tu voz grave y tus apuntes y frases que te hicieron tan famoso y que hasta dieron para que alguna vez te escribiera un post, siempre estabas haciendo chistes o burlándote de algo o alguien. Viviste para servir, para la medicina, para hacer favores a los demás y ayudar a quienes lo necesitaran, fuiste tan generoso y desprendido, tan ingenuo y vanidoso que eso te llevó a no salir nunca de Pitalito, donde fuiste un hombre reconocido al que todos le servían y hacían la venia.

    Tuviste la vida que quisiste, una familia que siempre esperabas con ansias en las vacaciones y a la que a tu manera le expresabas tu afectuosidad y amorosidad diciéndoles cuánto te importaban y querías, tuviste un trabajo que te dio muchas satisfacciones aunque hubiesen habido injusticias, eso a ti no te importó, viviste para la medicina y a eso te dedicaste el resto de la vida, ese oficio te dio el reconocimiento que siempre quisiste, los lujos que deseaste y al final de tu vida, una vida llena de comodidades y placeres. Nunca fuiste un hombre ambicioso o lleno de “grandes” sueños, quisiste cosas pequeñas y las tuviste todas, tuviste una buena vida abuelo y además nos diste una buena vida a todos, fuiste feliz, no tengo duda de ello. Fuiste el hombre más fuerte que haya conocido, lograste sobrellevar con dignidad tu enfermedad hasta el final cuando ya no hubo nada qué hacer, decidiste quedarte callado porque tu vanidad no te permitía aceptar que habías envejecido y mucho menos someterte a un tratamiento que haría de ti una persona que nunca habías sido: una persona enferma, débil, dependiente. Tomaste una decisión, decidiste irte rápido y con dignidad, nosotros debemos aprender a resignarnos y a respetar que esa fue la decisión que tomaste aunque sea muy dolorosa. Incluso, en tu última semana, decidiste desafiar a los médicos y no morir cuando ellos dijeron sino cuando tú así lo decidiste, y aun en coma y en una cama de hospital, seguías viéndote muy bien, un poco bajo de peso, pero bien, te diste el lujo de ser el hombre recio e inquebrantable hasta el final…y así te fuiste.

    Lloré muchas veces a tu lado mientras te cogía tus manos que se habían hinchado por los líquidos, me gustaba estar ahí contigo y acompañarte, verte, consentirte, acariciarte y hablarte, me gustaba pensar que en tu conciencia inconciente me oías y sentías, muchas veces deseé arruncharme a tu lado como lo hacíamos cuando íbamos de vacaciones a Pitalo, no pude hacerlo, pero me quedé con tu olor, te olí hasta el cansancio la noche en que de ti me despedí, probablemente porque el hombre que quiero sea la compañía de mi vida, debe parecerse a ti. (Hablar de ti en pasado es doloroso y me ha costado acostumbrarme a ello)

    Parafrasearé a Rocox Klani y diré que no será fácil llevar tu ausencia, pero tu vida será mi ejemplo. Agradezco infinitamente a la vida haber nacido como tu nieta y haber crecido como tu hija, no creo que existan seres más afortunados que nosotras en el universo por haber corrido con la suerte tan loca de haberte tenido en nuestras vidas, todo lo que yo soy ahora en gran parte te lo debo a ti, mi vida sería otra muy diferente y tal vez menos afortunada si tú y mi abuela hubiesen decidido no haberme acogido en su hogar.

    Las despedidas no se me dan muy bien, mis apegos son muy fuertes y trabajar en eso me cuesta; despedirme de ti para siempre es duro, pero sé que debo dejarte ir, creo que estoy preparada. Honraré mi vida con la tuya, serás mi ejemplo siempre y estarás presente el resto de mi vida, hasta que, en algún momento, tú y yo volvamos a reunirnos en algún lugar maravilloso, desde nos estás acompañando y cuidando y donde nos estás esperando. Hasta entonces abuelo, te querré siempre.

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    Bienvenidos sean todos a mi casa, la que también es de ustedes. Pasen, sigan, siéntense o acomódense donde quieran, donde más les plazca. Eso sí, recuerden que ésta es la casa de una Bailarina, por lo que el espacio más grande, hermoso y agradable es el salón de baile. Ahí, es donde paso la mayor parte del tiempo, sola o acompañada, donde soy feliz.
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    Una negra disfrazada de blanca, gitana por azar, nueva economista, nostálgica, melancólica, irremediablemente terca, complicada y compleja, ambivalente, acuariana según el horóscopo, amante compulsiva del blues el jazz y el bossa, bailarina innata y bailarina de salsa casino, en exceso sensible, derretida por un chocolate y un vino tinto, cantante e imitadora por hobby y alguien que empezó hace algún tiempo a descubrir quién era en realidad....

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