Recuerdo cuando inicié con esto de los blogs hace ya 2 años y medio. La excitación y el excepticismo eran muchos, pero quería probar con algo que desconocía y en un medio que me era muy indiferente; además del e-mail, Internet no era cosa de mayor emoción para mí y menos una necesidad.

Abrí el blog porque El Doctor Cómic insistió tanto que terminé cediendo...y nunca me imaginé lo adicta que podría volverme a esto; y cuando escuché a mi amiga La Rana Berden hablar de lo que significaba para ella el blog supe que jamás saldría de aquí, o por lo menos que iba a necesitarlo durante mucho tiempo: el blog es "el diván virtual". Y ella debe saberlo cuando lo dice porque es psicóloga, porque ha actuado dentro y fuera del diván.

Y hoy, creo que hoy más que nunca esa definición es más cierta, real y dura. Hoy cuando luego de 3 meses de haber cambiado de vida, ella sigue golpeando fuerte, porque hoy me siento sola, muy sola, porque la soledad en esta ciudad pega duro y se siente como nunca antes (es curioso que haya elegido Soledad como mi primer nick en el blog) porque los amigos en la distancia se extrañan y añoran, porque la vida se empieza a pensar como que no valen mucho la penas los esfuerzos hechos si por más que lo hagas te va a llegar lo que te mereces y no otra cosa, porque todo el tiempo se te va en trabajar, trabajar y trabajar, porque ya no piensas en ti, porque descubres que las diferencias entre tú y tu mamá son más abismales de lo que sabías, porque no hay tiempo, nunca hay tiempo, porque te enamoras de imposibles, porque no tienes nada, porque no puedes soñar, porque así es la vida...

...y entonces empiezo a sentir que sólo tengo este blog, que hoy lo necesito mucho, que lo extraño, que me hace falta, (pero ni siquiera tengo tiempo para escribir en él) porque si no hablo aquí no voy a tener un fin bueno, nada lo tendrá. Hoy retomo mis sesiones de psicoanálisis virtuales, hoy decido volver(me) 2 años y medio atrás para volver a encontrarme a mí misma, mi vida, mi norte y no me importa perderme aquí, lo que importaría sería perderme en la realidad; el único sitio donde no quisiera perderme, tampoco encontrarme, menos vivir, sólo fingir.

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