Tengo rabia....mucha rabia...

Tengo rabia porque hoy, mientras esperaba en la esquina de la 7ma con av 19, se acercaron dos ancianitos a pedirme monedas para completar su pasaje de bus. El señor dijo que venían de Pereira -o Manizales- que estaban en la Luis Ángel y que tuvieron que sacar unas copias y se quedaron sin la plata del bus...qué hicimos mi mamá y yo; pues decirles: "no amigo, qué pena en este momento no tenemos", mientras a mí el corazón se me hacía trizas.

Se me hacía trizas mientras veía a esta pareja de ancianitos pedir para su bus y yo me llenaba de rabia e indignación porque pensaba que era el colmo que hayamos llegado a extremos tales de negar una ayuda -aún si es real- a cualquiera que se acerque a pedírnosla: una dirección, una limosna, un pedazo de comida, una indicación, una venta de un chicle, etc...

Y sigo preguntándome, por qué carajos hemos llegado a este punto, por qué no puedo sencillamente dar una limosna o una indicación cuando me la piden sólo por el temor de que algo malo me pase o por la culpa de ayudar a perpetuar actividades "non sanctas"...porque no, porque es mejor prevenir que lamentar, porque "sí, es tenaz, pero uno cómo hace para saber que lo que dicen es cierto" y bueno, que se las arreglen como puedan, a todos nos toca duro....síiii, pero a ellos más, finalmente nosotros tenemos algún tipo de alternativa, ellos no....y el corazón se me hace añicos cuando un niño se me acerca a venderme una menta y yo le digo que no y no puedo quitarme la imagen de la mente por mucho tiempo, con la esperanza de que esa persona haya tenido algún tipo de suerte y en el fondo de mi alma pidiéndole perdón por mi mal comportamiento, por no ayudarlo, por desconocerlo, por ignorarlo, pero que no lo hice por mala intención...las circunstancias me obligan y eso me cabrea...me cabrea en lo que nos hemos convertido, me cabrea todo lo que pasa.

Y mientras tanto, sigo con la imagen de aquellos dos ancianos, con la esperanza de que hayan podido volver a su casa y con la culpa de no haber hecho nada porque no hay nada que me excuse.

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