"How can you just walk away from me, when all I can do is watch you leave cos we’ve shared the laughter and the pain and even shared the tears. You’re the only one who really knew me at all”

Trabajaba y chateaba al mismo tiempo, veía Vh1 en la Tv e imaginé todo menos ver a Mariah Carey cantar Against All Odds. No pude evitar llorar, No pude evitar llorar, pero no fue un sollozo no, fue el llanto profundo, descontrolado, desgarrador, el que lo hace a uno gemir y toser y a veces hasta gritar...y eso fue exactamente lo que hice, mientras sentía que el alma moría.

¿Recuerdas esa canción? Sí, es la misma que me cantaste camino a mi casa desde el hotel, mientras tú te quitabas tu camisa y me la ponías porque hacía frío esa noche, como son todas las noches en Pitalito; fue por esa canción que decidí regalarte el cd de Phill Collins -¿qué será de él ahora? ahora cantabas en inglés porque lo aprendiste muy bien en los 3 años que estuviste en Inglaterra; también me escribías y hablabas en inglés porque te gustaba, era especial. ¿Recuerdas que también me cantaste una canción de David Summer? Yo sí, sólo que no recuerdo cuál y ahora no estás para preguntártelo.

"So take a look at me now, oh there’s just an empty space and there’s nothing left here to remind me, just the memory of your face. Ooh take a look at me now, well there’s just an empty space and you coming back to me is against all odds and that’s what I’ve got to face”

Sí, era una bella noche estrellada, como son todas las noches en Pitalito, la calle estaba sola como suele estarlo a esa hora y sólo se escuchaba tu voz, en ese espacio vacío, sin nada que le hiciera eco, salvo las paredes de las casas, te recuerdo a tí llevándome de la mano por encima de los bordes de las eras del Parque como si fuera una pequeña; y ahora sólo deseo no tener esos recuerdos, sino poder ver tu cara “take a look at you now” porque tampoco quiero el recuerdo de tu cara de esa noche u otras, quiero verte a ti. Aún espero desesperada que mi teléfono suene y ver en la pantalla tu nombre y escuchar al otro lado del auricular el “Hi my beauty blondie girl” pero sé que no va a ser así, que ya no habrán más llamadas a horas inusuales ni más chistes bobos nunca más, cuánto desearía oírlos de nuevo.

I wish I could just make you turn around, turn around and see me cry, there’s so much I need to say to you, so many reasons why. You’re the only one who really knew me at all”

Y sí es cierto que compartimos risas, pero nunca, nunca el dolor, nunca te vi llorar, nunca vi tu dolor, nunca oí tus gritos de auxilio, nunca sentí tu desesperación, nunca supe por qué…nunca sabré por qué y eso es lo que más duele, eso es lo que me golpea una y otra vez, es la cruz que tendré que cargar por el resto de mi días, es el malestar de atragantarme con todo lo que no te dije y quise decirte, una y otra vez sin cesar, es el castigo de ver el e-mail que me dejaste como despedida –en inglés- y saber que ya no estás, que no puedo preguntarte, que ya no puedo verte, que ya no estás para compartir mis lágrimas.

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