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octubre 31, 2006 17:16
El hijo del capitán trueno nunca fue un hijo digno del padre salió poeta y no una fiera hijo de su madre. El hijo del capitán trueno no quiso nunca ser marinero no se embarcaba en aventuras levantaba dudas. El hijo del capitán trueno tenía un algo que le hacía distinto distinto como cada quien es de lo nunca visto. Y se pasaba horas entre las ballenas y se hibridaba solo y siempre con sirenas y apoyado en el faro cantaba así. En el océano me pierdo veo el océano y no sé... tan increíblemente inmenso tan respetable que no navegare no navegaré no lo navegaré. El hijo del capitán trueno tenía al menos un anillo por dedo en cada oreja un pendiente si, pero que valiente. El hijo del capitán trueno tenía fama y mucha pinta de raro y a todo el mundo le hizo ver que eso no era malo. Y así que le encantaba estar entre ballenas y se especializaba en conquistar sirenas y de noche en el faro descansaba así. Y se pasaba horas entre sus ballenas con arte seducía a todas las sirenas y desde lo alto del faro les cantaba así, así, así. En el océano me pierdo veo el océano y no se tan increíblemente grande y tan inmenso tan respetable que no navegaré . En el océano .... El hijo del capitán trueno "Miguel Bosé" Hay cosas en la vida que son más difíciles de superar que otras, dependiendo del estado de gravedad de las mismas, de la personalidad de quien las vive y de la importancia que tengan para esa persona…o tal vez de que la vida misma se empeñe una y otra vez en revivírtelas y en recordarte que eso nunca pasará, y que por más que intentes y lo superes siempre estará ahí para ser el callito que a veces, no te deja caminar bien o en mi caso; bailar bien. Aunque la historia con mi padre no es exactamente la misma que la de Bosé con el suyo, es igualmente accidentada, dolorosa, llena de deseos y anhelos equivocados, de frustraciones y de sueños que nunca se cumplirán. Pensaba que mi grado iba a ser el cierre de muchas cosas en mi vida. No sólo de una etapa de la vida sino de muchas cosas que se irían con ella y todo lo que significaba ser estudiante universitario. Sin embargo mi grado, o mejor, el hecho de graduarme abrió o revivió (como se quiera) una llaga que pensé hacía mucho era una cicatriz, y como toda cicatriz ya está sellada y es sólo el recuerdo de un accidente. Pero no, era una llaga aún sin sanar, una que se escoció en el momento en que a mis oídos llegó esta frase: “A mí me parece que la Bailarina es injusta y desagradecida con A” (o sea mi papá). Esa frase la dijo Y la esposa de mi papá 3 días después del grado. Todo se dio, porque el día de mi recepción hubo palabras de parte de todos los invitados y por supuesto mías que a todos nos hicieron llorar. Quienes más llorábamos fuimos las más involucradas en todo este proceso, mi mamá, mi tía A, mi abuelita, y mi mejor amiga (todas mujeres qué curioso). Dentro de mis palabras de agradecimiento porque fueron eso nombré a mis abuelos, a mis dos profesores-amigos, a mis dos amigos de carrera, a mi tía A y a mi mamá……y efectivamente a mi padre no lo nombré. ¿Por qué? Pues sencillamente porque no lo merecía, y aunque suene duro, tajante, despiadado y hasta impronunciable es cierto. La vida nos ha llevado a mi padre y a mí por caminos diferentes. De los recuerdos que tengo y de lo que he oído, mi papá nunca ha asumido la responsabilidad que ha tenido conmigo como padre. Lo entendí cuando a sus 19 años llegó un ser a su vida que no esperaba siendo un estudiante universitario, lo entiendo cuando aún estaba terminando su carrera y no trabajaba, pero 23 años después es injustificable. Su responsabilidad recayó en mis abuelos (sus padres) y ellos la asumieron con tal compromiso como si fuera una más de sus hijas, lo hicieron con agrado y sin ninguna obligación; pero no era su responsabilidad sino la de él, y desafortunadamente a él le hicieron un mal, aunque para mí fue un bien. El hombre al que hoy llamo papá lo es porque dio su información genética y la llevo conmigo, basta vernos para saber que somos padre e hija pues somos idénticos, pero además de eso nada más nos une. Nunca ha habido una afinidad, un acercamiento profundo, una conexión. No sé mi padre qué piensa de mí, si me quiere y cómo lo hace, si en realidad le preocupo, no lo conozco y no me conoce, somos unos perfectos extraños que se ven de cuando en vez y poco comparten, aunque sé que tenemos mucho en común. Él lo sabe, y así lo asume pero me parece una actitud derrotista cuando dice: “sí, es que yo nunca he sido el padre de Bailarina y no pretendo serlo”. Y así chévere, todos nos zafamos de la responsabilidad. Y como nunca fue mi padre entonces no estuvo en mis 15 años, mi mamá me regaló un viaje y él ni se enteró ni le interesó. No estuvo en mis grados de 9 y 11 donde obtuve muchos honores por rendimiento académico, por disciplina, por valores éticos y morales. Tampoco estuvo en mi grado de universidad, ni en la ceremonia ni en la recepción; porque aunque estuvo de cuerpo en esta última fue como si no estuviera. Parecía que estuviera en un lugar ajeno con gente ajena, como que el espacio no fuera suyo y estaba retraído y distante y vi por primera vez a un A que no había visto antes; tal vez porque no existía, tal vez porque no me había detenido a observarlo. Parecía triste, marchito, frustrado, acabado, aniquilado, anulado. Un tipo débil, sin poder de decisión, derrotado por la vida sin el mayor asomo de emoción porque era SU hija la que se graduaba. Y yo estaba tan feliz y él no compartía esa felicidad conmigo. Ahora sé qué es lo que me duele. No es el echo de que mi papá no haya cumplido con su responsabilidad de padre, y nunca haya estado presente en realidad; afortunadamente eso ya lo superé, ya no duele, ya no me importa. Lo que duele en realidad es verlo a él, es ver su estado, es ver a un hombre infeliz, infeliz de ver frustrados sus sueños, sus ambiciones, de ver sus propios fracasos, de no haber tomado las decisiones acertadas o a tiempo, de ser débil, de no tener la vida que algún día quiso, de verme a mí graduada y ser lo que soy y no gracias a él. Lo único que siento que lo hace feliz es Tomás, mi hermanito de 3 años. Si siente que está recibiendo palo, pues se lo está dando él solito porque yo ya no estoy para eso, ya no me importa, ya no me interesa. No tengo interés alguno en juzgarlo, criticarlo o fustigarlo. La vida, SU vida se está encargando de eso, él tiene solito su cruz, su propio sufrimiento….y sólo tengo una pregunta que me ronda la cabeza desde el día que escuché esa frase: ¿Podrá hacer algo la Bailarina para paliar el sufrimiento de su padre? Etiquetas: Íntimas, Personales |
wilkommen
Bienvenidos sean todos a mi casa, la que también es de ustedes. Pasen, sigan, siéntense o acomódense donde quieran, donde más les plazca. Eso sí, recuerden que ésta es la casa de una Bailarina, por lo que el espacio más grande, hermoso y agradable es el salón de baile. Ahí, es donde paso la mayor parte del tiempo, sola o acompañada, donde soy feliz. LET'S COME IN, LET'S GO DANCE all about moi
A little bit of narcissism won't hurt, and vanity isn't a sin.
Una negra disfrazada de blanca, gitana por azar, nueva economista, nostálgica, melancólica, irremediablemente terca, complicada y compleja, ambivalente, acuariana según el horóscopo, amante compulsiva del blues el jazz y el bossa, bailarina innata y bailarina de salsa casino, en exceso sensible, derretida por un chocolate y un vino tinto, cantante e imitadora por hobby y alguien que empezó hace algún tiempo a descubrir quién era en realidad.... My favorite things
Bailar, bailar salsa casino, leer, escuchar música, cantar, hacer teatro, ir a eventos culturales, hablar basura con las personas que quiero, tener momentos a solas que me permitan interiorizar, disfrutar al lado de mi familia y estar en la red, el cine, mis amigos, los hombres, el sexo, la sexualidad, el arte...el cuerpo
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4 comment(s):
On 1/11/06 8:01 a.m., Anónimo said...
Bailar, eso puede hacer la bailarina.
On 2/11/06 3:48 a.m., STiRER said...
Perdonarlo de verdad antes de que muera
On 9/11/06 8:15 p.m., Maria Fernanda said...
Yo creo señorita bailarina que para poder llegar a un estado de tranquilidad es necesario perdonar, según sus palabras su papá le importa tanto que hasta piblica un post y el estallido es simplemente el comentario "malagradecida" pero ni usted ni él lo han resuelto... Pienselo, porque para bailar libremente es mejor no tener tanto peso en la espalda, verdad?
On 15/11/06 10:43 a.m., Unknown said...
Yo simplemente digo esto: Perdónalo para que esa carga ya no la lleves más. Acéptalo como es porque no hay forma de cambiarlo. Él es así y la diferencia la haces tú con tu perdón.
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