Cuando yo tenía 8 años, llegó a finales de Octubre la persona que más AMO en el mundo, y que hasta hoy se ha convertido en el ser más importante de mi vida, es mi más grande amor y por supuesto el primero. Ella sería la segunda más grande alegría en casa para mis abuelos y la familia en general. Después de 8 años de haber sido nieta única, y ultraconsentida, llegó a casa la Ruquitos.

Recuerdo todo lo referente a su nacimiento. Nació en la noche pero yo no me enteré sino hasta el día siguiente. Mi alegría fue enorme, apenas salí del colegio fui directo a la Clínica a ver a la preciosura que acababa de nacer y de la que tenía muchas expectativas y en la que todos se habían centrado en esos días. Iba todos los días a verla, de ida al colegio y de vuelta para la casa.

Cuando la vi por primera vez me impresioné mucho, era muy muy blanca y aún tenía sangre seca en la cabeza lo que le daba un aspecto bastante desagradable; parecía un viejito. Recuerdo que la primera vez que la vi estaba tomando tetero, desde el primer instante en que nació no hacía más que comer, lo hacía mucho y muy seguido.

La Rucus llegó a la casa cuando tenía 10 meses de nacida supuestamente por 1 mes; ahora tiene 14 años y todavía está ahí. Es bella, como lo ha sido siempre. La Rucus fue una bebé hermosa desde recién nacida, era calva y grandota, muy blanca, y desde el primer instante que estuvo en la casa, mi única función además de estudiar era cuidarla. Yo era su niñera prácticamente; la bañaba, vestía, le hacía de comer, le lavaba y planchaba su ropita, la dormía, la consentía…todo, todo, la adoraba.

Estuve siempre ahí con ella durante toda su infancia. La vi deprimirse por primera vez a sus 4 años, la vi ir al jardín por primera vez con su uniforme rojo que le quedaba divino y su loncherita. Yo la dejaba en el jardín cuando iba para el colegio, y cuando regresaba la recogía. Le ayudaba a hacer las tareas, la disfrazaba, jugábamos juntas, y en mi colegio mis compañeras ya la conocían, algunas veces tenía que llevármela conmigo porque no había jardín y era súper juiciosa, se veía tan bella sentada haciendo lo suyo como toda una grande.

La Rucus fue muy amorosa desde pequeña, era muy tierna y acomedida con todo el que llegara a la casa, inclusive con los desconocidos que llegaban a pedir, ella los trataba con una amabilidad…..por ella y los invitaba a quedarse a dormir. Y se creció y no me di cuenta a qué horas, no supe ni cuándo ni cómo, pero ahora es la adolescente más bella. Ella ha sido bella desde siempre, con su hermosa sonrisa y esos dos hoyitos que se le hacen en las mejillas, sus ojos pequeños y pícaros, su caminar coqueto en el que se bambolean sus grandes caderas y su suavidad y ternura.

Siiiii!!! estoy enamorada, pero qué se le puede hacer si ella es mi gran amor. Me encanta verla, abrazarla, me alegran sus alegrías y me preocupan sus tristezas y dolores. Pienso en ella todo el tiempo, en cómo está, trato de hablar con ella seguido y además soy la única persona que más la conoce y sabe de ella. También soy la única persona que ella permite que se le acerque a su intimidad y en quien ella confía.

Nuestra separación fue muy dura. Cuando me fui de la casa a empezar la U, ella me llamaba todos los días llorando diciéndome que me extrañaba y que quería que regresara. El corazón se me volvía añicos cuando escuchaba eso, y la alegría era muy grande en vacaciones, al regresar ella me camuflaba en la maleta una carta suya con dibujos. Aún las conservo.

Siempre hemos dicho que somos primanas, porque somos primas criadas como hermanas por nuestros abuelos. Sin embargo, yo siento que el sentimiento y la relación van mucho más allá de eso. El sentimiento es una cosa que no se puede describir, es algo que va más allá de la palabra, se siente en la piel, en el cuerpo, en el aire. Y la AMO, la AMO, la AMO, por eso sé qué es el amor y eso no se puede describir. Me encanta la complicidad que existe entre nosotras, el que sin decir una palabra ya lo sepamos todo y más, el que nuestra conexión vaya más allá de las miradas, inclusive digo que la Rucus tiene todo aquello que sería perfecto en un hombre para mí...y somos tan distintas. La Rucus para mí lo es todo y es de las cosas más bellas que me ha dado la vida, es una gran felicidad, es MI FELICIDAD.

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