Hace ya casi 6 años llegué a Cali con el objetivo de estudiar en la Universidad del Valle. Había pasado a Economía para mi sorpresa y estupefacción y me costaba mucho asimilar dicha noticia, especialmente porque nunca pensé terminar en Cali, una ciudad que me era totalmente desconocida, y a la que visitaba muuuuuy esporádicamente en las vacaciones.

Había que empezar de nuevo. Reconocer la ciudad, conocer las rutas de bus, saber ir y venir del campus de Meléndez, y como si fuera poco saber desenvolverme en la Universidad que no era para nada pequeña y me parecía algo hostil y agresiva con sus muros llenos de grafittis, sus pisos sucios y sus paredes y techos cubiertos de telarañas.

Recuerdo la primera inducción. Fue detrás de biblioteca central, di rápidamente con ella porque mi prima que estudiaba en la U me llevó, además me indicó dónde estaba el baño más cercano, la cafetería más cercana y por dónde salir. Llegué un poco atemorizada y hasta apenada, no sabía cómo tenía que ir vestida, tenía muchos mitos y miedos acerca de la universidad PUBLICA, que todos son unos desarrapados, mal vestidos etc. Me fui con una sudadera y una camiseta, me senté y al momento llegó otra muchacha que se hizo al lado mío.

“Si, yo soy de aquí de Cali” me dijo. Había salido de un colegio público al norte de la ciudad. Le conté que yo no era de acá y empezamos a conversar, su nombre era D.M, pero preferí D. Fuimos al baño juntas porque ella desconocía la Universidad y yo ya sabía lo básico. Me dijo que a ella no le gustaba la Univalle, que le parecía deprimente y que por ella hubiera estudiado en la Autónoma, que la Universidad del Valle no era para ella, que lo hacía más por su mamá.

Ese día nos despedimos, ella era D para mí y yo era L para ella. Volvimos a vernos en la segunda inducción, pero esta vez en la Facultad de Economía. Uno ya siente cierta seguridad porque conoce a alguien y eso genera más confianza. Después de ese segundo encuentro, nos despedimos con la certeza de que nos veríamos durante la carrera y en el primer día de clases.

No fue así. El día que me correspondía tomarme los exámenes médicos no fui por ir a la dichosa segunda inducción, así que fui otro día. Para cualquiera la toma de un examen no tendría nada de particular………..para mí sí. No sabía dónde diablos quedaba el laboratorio, no sabía cuál bus coger para el laboratorio, no sabía cuál bus coger para regresar a la Universidad y terminar de hacer mi examen médico y lo peor es que no sabía hacia dónde salir………estaba hecha un rollo, asustada de verdad. Me dije a mí misma, “pues cualquier cosa le pregunto a alguien y me arriesgo a que me de mal las indicaciones”.

Llegué al laboratorio, una prima me llevó. Tomé mi ficha 68 y estaba ahí pensando en qué haría después y esperando que se diera un milagro…………y así fue. De repente llegó un carro blanco del que se bajaron dos jóvenes y la ví……….eran D y su hermano!!!. La emoción que me invadió fue grande, nos saludamos; tomó su ficha y quedó a dos personas de mí.

Salidas del laboratorio le dije, “vas para la U cierto?”, ella me dijo: “ah verdad que tú no eres de acá, claro vamos todos”. Subimos a la 5ta, nos bajamos en Unicentro y desayunamos en La Locura, para mí Unicentro ya era una locura porque tenía mucho recoveco y me perdía, y así fue durante las primeras semanas.

Seguimos a la Universidad y finalizamos nuestro examen médico. Ninguna de las 2 sabía que aquello que habíamos vivido en esos 3 encuentros de manera tan esporádica y casual se iba a convertir en lo que para mí ha sido una de las experiencias más gratas de la vida……..mi más grande y mejor amistad.

Ahora D es M. Es mi mejor AMIGA, así con mayúsculas sostenidas. Como amigas pueden estar C o S, pero con M la amistad es a otro nivel, el más profundo, el superior, el último, el último escalafón en la amistad, el nirvana de la amistad. Es esa clase de amistad de la que hablan en los fwds, de la que es incondicional, de la que hay que cuidar, de la que no se encuentra, de la que es un tesoro,….esa es mi AMISTAD con M.

M es maravillosa, no sólo porque es mi amiga, sino por las cualidades y valores que la adornan por los cuales es mi amiga. M ha sido mi AMIGA desde el comienzo, es una mujer muy inteligente, ha sido generosa y amplia, en los 6 años que la conozco siempre ha estado dispuesta para mí, me ha colaborado y hecho favores sin esperar nada a cambio, me ha abierto las puertas de su casa y sé con total seguridad que soy un miembro más de su familia.

M y yo somos tan amigas, que no hay necesidad de que alguna diga una sola palabra para que la otra sepa exactamente de qué se trata, qué va a decir, qué quiere. Nos sabemos perfectamente nuestros dolores, tristezas, pensamientos y estados de ánimo. Sabemos cuando la otra está mal así nos empeñemos por demostrar lo contrario, y estamos tan seguras la una de la otra que sabemos perfectamente de qué somos capaces, qué esperamos. Que no nos haríamos daño intencionalmente, que estamos la una a la otra para apoyarnos.

A M, le debo muchas cosas y le estoy agradecida por otras tantas, entre esas haber llegado en el momento oportuno a la toma de exámenes de laboratorio, gracias a eso se ganó el título de mi “Ángel de la Guarda” y ella lo sabe. Estoy infinitamente agradecida a la vida el haberme topado con ella y de la forma menos prevista y más natural posible. A M le he aprendido muchas cosas y me ha enseñado otras tantas. Y ahora que me encuentro ad portas de salir de la Universidad y terminar mi carrera, temo mucho por lo que pueda pasar. Es muy probable que deba viajar y me asusto por nuestra relación en la lejanía……….aunque de una cosa sí estoy segura: esté donde esté M es y será siempre mi amiga, y si en un futuro habrá otra, M tendrá el privilegio de haber sido la primera.

Amiga te quiero mucho, gracias por las mil cosas recibidas y regaladas.

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