Algo se detuvo en punto muerto y fue tan grande ese silencio, fue tan grande el desamor. Restos de un navío que encallaba, yo te quise yo te amaba, no sé bien lo que pasó. Cuando los jazmines no perfuman, cuando sólo vemos bruma, cuando el cuento terminó. Todo nos parece intrascendente, no es cuestión de edad o de suerte, de esto se trata el amor. Tengo que correr tienes que correr a toda velocidad, a toda velocidad.

Veo tus pupilas descubriendo algún Chagall en el invierno creo del 83, yo estoy a tu lado revolviendo, ordenando libros viejos que leí pero olvidé. Besos de tu madre en el teléfono y la lluvia es un espejo que me ayuda a verte bien. Oigo tu sonrisa que ilumina, es estudio y la cocina entre las copas y el café. Tengo que correr, tienes que correr, a toda velocidad, a toda velocidad.

Sabe amargo el licor de las cosas queridas, se acabó lo mejor quién nos quita esta herida, tu me pierdes a mí, yo te doy por perdida, es la hora de huir, la despedida............uh.....la despedida.....................................

“La despedida, Fito Páez”.

Y hablando de relaciones................¡cómo admiro a las matrimonios que después de 5,10,20,30 años o más, aún se mantienen.... pese a!.

Este cuerpo hoy está adolorido por la partida, deshidratado por el llanto y marchitado por la soledad. ¿No ha sido una buena semana para ti eh? Te preguntas por qué. La tesis va bien; mejor no puede estar, no tienes plata pero eso no te importa mucho; por lo menos no para llevarte al estado en el que estás, tu familia está bien toda, el problemita ese que tenías finalmente se resolvió, entonces...........¿será el AMOR?. El AMOR que lo voltea todo, que causa conmoción, que entra y sale como un soplo desordenando la vida, se burla de sus presas y dejando un marasmo de confusión tras su paso, nos deja a los mortales con cantidad de dudas y en situaciones extrañas.

Algo andaba mal y mi cuerpo lo sabía –él siempre lo sabe, yo no-, no por nada había llorado tanto esta semana, esos ojos hinchados en las mañanas no eran gratis como tampoco lo era el taladrar de mi cabeza preguntándose ¿qué hacer?.

“A veces el amor no es suficiente” lo dije en cierta ocasión convencida de lo que decía, y lo repetí en muchas otras oportunidades. Sin embargo uno siempre alberga la esperanza de que todo puede mejorar y mejoró..........para empeorar más tarde, y esta vez con más fuerza que la primera, destrozándolo todo y acabando con el último hálito de esperanza que me quedaba; y ese fue el final.

Mi cuerpo indeciso se preguntaba muchas veces si era lo correcto terminar, o si era una postura demasiado egoísta –después de todo el motivo era externo a la relación-, pues AMOR, el amor existía, aún hoy desde hace 3 años que llegó para darte una de las experiencias más hermosas de la vida, aunque dolorosa. Gracias al amor, mi cuerpo y mi alma soportaron, el amor fue el que dio impulso, el que daba ese placer infinito cuando estaba cerca de él y deseaba quedarme ahí para siempre. El AMOR fue el que hizo que considerara alguna vez la posibilidad remota de matrimonio –sé que sería un buen padre-.

Pero me dije de nuevo “amar no es suficiente”, y fue ahí, cuando esa noche frente a los computadores de la universidad luego de un amargo llanto y él sin mirarme dándome la espalda, decidí escuchar esa frase y hacerle caso. Aunque lo amo, ese amor había sido suficiente para los 2 años de crisis, pero la crisis fue más poderosa y me ganó la batalla, o a él aún no lo sé.

Él se fue –es cobarde, hay que admitirlo- y me quedé sentada frente al computador con dos grandes lágrimas sobre las mejillas, lloré, y lloré tanto hasta que paré y dije no más; hoy es la despedida.

Cavilaba de camino a mi casa, pensaba en todo lo que había pasado esa noche, las últimas 3 semanas, los últimos 2 años..............y nada tenía sentido.

Tomé fuerzas, lo llamé y cuando él contestó hubo un largo silencio. “Llamo para decirte que hasta aquí llego, son muchos días en vilo y estoy agotada, estresada y cargada de energía negativa y no es justo conmigo, no después de todo lo que he hecho”. El entendió, lo comprendió todo y me dio la razón, quedamos de nuevo en un largo silencio. “Chao” le digo y cuando estaba dispuesta a colgar él dice la frase menos adecuada para la situación –por lo menos para mí- que sólo escoce mi alma........o lo que queda de ella, “te quiero,............sólo quiero que sepas que eres lo mejor que me ha pasado en la vida” y como en Condorito ¡¡plop!! el alma en tiritas. Entre lágrimas ahogadas le digo que lo quiero y que mucha suerte de ahora en adelante.

Lloro por muy poco tiempo pero para mí fue una eternidad, fue tan profundo......me levanto, me lavo la cara y me pongo a escribir a petición de mi cuerpo, y mientras escribo pienso en las palabras de mi mamá: “¡Qué complicado eso de crear relaciones con los humanos!.........y en lo hinchada que voy a amanecer; ya tengo los ojos chiquitos.