El fin de semana pasado se celebró en nuestro querido país de reinas, el que según muchos es el reinado más importante: El Reinado Nacional de la Belleza. Colombia es un país de reinados, los hay grandes pequeños, representativos o no, de la panela, del aguacate, del café, de la caña de azúcar, y hasta los hacendados terratenientes tienen sus propios reinados en sus grandes latifundios.

Sólo recuerdo haber visto de pequeñita los reinados en que fueron elegidas nuestras reinas como virreinas en Miss Universo y de lo cual nos vanagloriamos tanto como si fuera un gran logro (aunque en el fondo puede que sí lo sea, eso no se ve todos los días, perdón….todos los años). Luego de eso no he visto un solo reinado, le perdí la cuenta a eso hace mucho tiempo y ni siquiera conozco a las candidatas; creo que tampoco me he perdido de mucho.

Desde que en mi carrera vi los cursos Teoría del Bienestar y Desarrollo y Crecimiento Sostenido, mi sentido de la justicia social y el apoyo al más desvalido se agudizó. Sólo he ido una vez a Cartagena, pero bastó sólo una vez para darme cuenta de la verdadera Cartagena y para saber que nunca más quería volver a ella. No era la Cartagena del reinado, ni la Cartagena de las actrices, actores y presentador@s de televisión, ni la de los bares de moda y/o restaurantes famosos. No. Era la Cartagena llevada por la miseria, la desolación, la tristeza, la pobreza, y recuerdo que fue tan doloroso y agudo el impacto cuando vi cómo la gente vivía en casas de mentiras, que eran mejores las casas de mis muñecas y me desilusioné.

Desde ese entonces, los reinados me repugnan y me dan asco, sí, esa es la palabra exacta ASCO. Me da asco ver cómo un pueblo que está sumido en la miseria y en la ignorancia, dedica su vida a eso, me da asco ver cómo Raimundo (o mejor Inmundo) Angulo se llena sus bolsillos a manos llenas y de paso nuestras diseñadoras como Alfredo Barraza y Hernán Zajar. Me da asco cómo todas esas candidatas son objetos de exhibición durante 15 días y en este pueblo atrasado unos las miran con devoción, otros con contemplación y por supuesto no faltan los que dan su mirada de morbo; y yo me pregunto ¿dónde está la mirada crítica de todo este asunto?.

Cartagena es la ciudad en Colombia con mayor brecha entre clases y por tanto mayor contraste social. Y lo que más tristeza me da es ver a nuestro pueblo que le apuesta el todo por el todo a sus candidatas, que se sume durante esos 15 días en todo ese marasmo y viven como suyas cada una de las experiencias de las candidatas…….yo me pregunto ¿y si no hay plata, y si la economía anda tan mal, y si los departamentos son tan pobres, de dónde carajos sale la plata para financiar esto?, me revuelve el intestino pensar que de nuestros bolsillos, y me revuelve más pensar que no hay dinero para cobertura en educación, salud y recreación.

Me sorprende que la gente esté expectante a ver tan magnánimo evento donde hay un gran despliegue de bobería, comentarios light, y una amplia gama de cirugías plásticas (de esto último no cabe la menor duda, todas son unas plásticas) y peor aún, que le gasten tanto tiempo y cabeza cuando (como este año) la verdad no hay de donde escoger; y en eso apoyé fielmente a Isabella Santodomingo y Alejandra Azcárate (aunque no son santo de mi devoción).

¿Qué será que nos pasa a los colombianos que dejamos de lado las cosas verdaderamente importantes para darle cabida a otras que en muchas ocasiones van en nuestro detrimento personal? ¿Será de ahí de donde viene nuestro subdesarrollo y pobreza? ¿Será que nos encanta que nos maltraten, o será que somos demasiado sumisos y abnegados, o nos creímos al pie de la letra el cuento de “si te pegan en una mejilla entonces pon la otra”? ¿Dónde diablos está la famosa malicia indígena de la que tanto hablan?

Etiquetas: Sátira e Ironía